Ilustración: Pamela Bertoni ® 2007

Anitram. . . .

La alineación de ciertos planetas, ha dado la pauta de que los cielos han querido que Anitram salga a recorre el Tiempo, y así descubrir los acontecimientos que determinaron la historia.
Anitram no pretende convertirse en la pitonisa de los murmullos de los hechos.
Tan solo nos cuenta estas cuestiones para que las sepamos, porque las vio, las vivió, se las contaron, las escucho en el susurro de la historia.
Nos cuenta cuentos de los cuentos, no los que sucedieron, sino lo que pudo haber sucedido, o sucederá, en un tiempo paralelo a este en donde alguien como yo o como usted estará leyendo este libro, siendo otro. Una simultaneidad de los tiempos, una historia simultánea, millones de historias simultaneas.
Hechos sucediendo al mismo tiempo, siendo otro el instante.

12/6/08

La Historia del Silencio.

Hace muchos siglos, la tierra no era otra cosa que la tierra, pero despoblada en una soledad que lo cubría todo. La tierra, sabia de su condición de mala anfitriona, por eso desde el comienzo mismo de la existencia decidió hablar sin parar y que su voz la escuchara desde el polo sur al polo norte. Se podría decir que era un murmullo pleno. Así sus escasos habitantes se mantenían acompañados.
La voz no dejaba de hablar, sus palabras se escuchan Día y noche, se mantenía una vigía de la palabra.
Los escasos habitantes del planeta no hablaban ya que no tenían la idea de dialogo, pues no tenían con quien practicarlo, pues alguien hipo acústico de nacimiento podría inventar la música?De esta manera la tierra ejercía el monopolio de la palabra. Hasta que un DIA una nena que vivía en Monrovia se le ocurrió preguntarle a la tierra, como era el nombre del chico que vivía en Asutra, la tierra asombrada, se pregunto que había llevado a la chica de Monrovia a cruzar la frontera de la palabra, que despertó ese órgano, quien la empujo a vencer el soliloquio.

La Tierra no tuvo mas remedio que componer la pregunta, ejercitarse en el dialogo.
El chico de Asutra, no comprendía, no entendía sentirse nombrado, sintió la invención de su ser en el instante de la palabra.Instintivamente contesto, se hizo voz, que al pronunciar una respuesta deja la soledad de lado, para dar presencia al otro, nombrándolo.
El comienzo dio paso la secuencia, y la cadena de conjugaciones verbales se apodera de la tierra, no había cambiado en absoluto, el “ruido” de fondo, la tierra nunca dejo de hablar para todos sus habitantes, solo que ahora no había historias descripciones, relatos, se había instaurado “la era del dialogo”; bueno sus escasos habitantes, seguían entusiasmados por las galanterías del Asutriano, se imaginaban la cara sonrojándose de la Monroviana, podían percibir los susurros más sutiles. Sin razón alguna el Asutriano, decidió orientado por la voz de la tierra caminar hacia la voz que imaginaba, decidió consolidar la imagen con el habla. Fue en busca del la Monroviana.Pasaron noches, días, meses, años, de mensajes orales, dicen que en algunos lugares se armaron volúmenes de anaqueles, anotando puntillosamente cada dialogo.Viajo, llego, la vio, y exploto en contemplación plena.Y fue tanto el fulgor de la dicha, que la tierra culmino con todas las palabras, y sin poder explicar la felicidad, calló, hizo SILENCIO

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