Ilustración: Pamela Bertoni ® 2007

Anitram. . . .

La alineación de ciertos planetas, ha dado la pauta de que los cielos han querido que Anitram salga a recorre el Tiempo, y así descubrir los acontecimientos que determinaron la historia.
Anitram no pretende convertirse en la pitonisa de los murmullos de los hechos.
Tan solo nos cuenta estas cuestiones para que las sepamos, porque las vio, las vivió, se las contaron, las escucho en el susurro de la historia.
Nos cuenta cuentos de los cuentos, no los que sucedieron, sino lo que pudo haber sucedido, o sucederá, en un tiempo paralelo a este en donde alguien como yo o como usted estará leyendo este libro, siendo otro. Una simultaneidad de los tiempos, una historia simultánea, millones de historias simultaneas.
Hechos sucediendo al mismo tiempo, siendo otro el instante.

11/6/08

La Historia de la Lluvia

Me encontré caminando en un bosque que no conocía, a lo lejos bajo un Alcanforero, vi a Anitram.
Me encamine hacia ella, y en un cerezo descubrí una frase que me descolo“Dulcinea, sos Juana”. Quien sabe de que tiempos inmemoriales esa frase sostenía la ilusión de alguien que ingenuamente confiaba a la palabra el poder de la epifanía salvadora.

Seguí caminando sin quitarme la frase de la cabeza, y comprendí que en realidad, quizás solo cumpla el papel del misterio y de hacernos saber que es imposible penetrar en todas las cosas.

No me anime a quebrar el silencio, ni siquiera con el mío. Anitram contemplaba una la línea del horizonte.
Había delante nuestro dos Abedules, uno de una gran belleza y el otro casi seco. . .

-Los árboles son un gran secreto- me dijo.

Yo los miraba y no comprendía la infinita diferencia entre la luminosa salud de uno, y la palmaria aridez del otro.
El contraste era insoslayable.
Me anime y le pregunte:
-A que se debe la diferencia de vitalidad entre ambos?
-Es por la lluvia- respondió, y me di cuenta que me contaría alguna historia-hay varias clases de Ángeles- me dijo y se acomodo para seguir el relato- algunos celestes, otros amarillos, pero la gran mayoría son púrpuras; estos son los que a diario están cerca de Dios cantándole canciones para dormir, y como deben cantárselas cerca y casi musitándolas, el Fulgor les da tanto calor que sus Alas casi queman. Entonces, después de tanto trabajar y cuando El se a dormido, bajan de a millones al mar a humedecerlas. Luego descansan en las nubes mientras tratan de secarlas, agitándolas casi al unísono. Lluvia, así la llamamos nosotros, otros prefieren llamarla Agua de Ángeles.

Me quede pensativo y perplejo, pero tenía otra inquietud y pregunte:

-Y los relámpagos, y los truenos?

Anitram me miró, saco del bolsillo un medallón de menta y chocolate, lo partió y me dio la mitad, a ambos nos encantan.
Después de unos minutos me dijo:

-Acaso es posible imaginarse el espectáculo de millones de ángeles púrpuras agitando sus alas para secarlas, casi al unísono sin luz y sin música?

Sinceramente se me enmudecieron los ojos.

Sin embargo había una duda mas. . . y el árbol seco?
Anitram se me acerco al oído casi en secreto y me dijo:

-él cree que la lluvia viene cuando chocan las nubes, y esta esperando que choquen. . .

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